Pueden presentarse algunas complicaciones serias, pero la posibilidad que esto suceda dependerá mucho de su estado de salud. Por ejemplo, los pacientes que sufren de enfermedades cardíacas graves, diabetes, o enfermedades pulmonares o renales pueden tener más riesgo de complicaciones que los pacientes más saludables.
Según las condiciones específicas de cada paciente, una complicación grave puede conducir a una estadía prolongada en el hospital, una transfusión de sangre, una repetición de la cirugía, o diálisis. En casos no muy frecuentes puede causar incapacidad permanente e incluso la muerte.
Cerca de 3 de cada 100 pacientes pierden la vida. Es importante que hable con su médico acerca de los riesgos de que se presenten complicaciones, ya que en su caso particular pueden ser mayores o menores que en el de otros pacientes.